A propósito de los resultados divulgados por el Dane sobre el Mercado Laboral del mes de julio, y el comparativo con los meses anteriores, evidenciamos que la industria manufacturera está en el segundo puesto de afectación por pérdida de personas ocupadas, confirmando, no solo los pronósticos, sino nuestros análisis presentados durante lo corrido de este 2020.
La crisis de miles de empresas de nuestro sector: al no encontrar oportunidades de comercialización de EPP en el sector público; sumado a la falta de medidas arancelarias a las importaciones durante la pandemia; más la carga taxativa y las dificultades para el acceso a los subsidios del PAEF, incidieron negativamente en el sostenimiento del sector, que ya registra el cierre de más de 5.000 empresas en el país, principalmente micro y pequeñas empresas.
Si bien, la tasa desestacionalizada de ocupación parece reorganizarse y presentar cifras positivas, el sector manufacturero, en el mes de julio, aportó 504.000 personas desocupadas más, es decir, una variación de -2.3 p.p. en comparación de 2019. Preocupa aún más que las empresas principalmente afectadas por el desempleo tenían menos de 10 trabajadores, esencialmente mujeres, en el total nacional: lo que generó un incremento en 2.557.000 mujeres a las cifras nacionales de desempleo.
Es importante revisar la estructura de costos de las empresas en Colombia, si las empresas no están operando al 100% de su capacidad, pero sus obligaciones son las mismas del inicio de la emergencia económica, con el agravante que se aumentó los insumos, su margen de utilidad prácticamente es nulo, esto como consecuencia acelera el cierre del tejido empresarial, afectando los eslabones de la cadena.
El llamado al gobierno nacional y a las administraciones departamentales y municipales es contundente: la reactivación económica requiere de una apertura superior al 30% para incentivar el comercio y al sector industrial de nuestra manufactura; es urgente disminuir la carga taxativa y suspender los créditos de nuestros empresarios hasta fin de año; impulsar los subsidios a la nómina para los trabajadores de nuestro sector; promover campañas que incentiven a la compra de lo “Hecho en Colombia; y, por supuesto, implementar los aranceles a las importaciones de confecciones y EPP, para dar un respiro fundamental a los empresarios, en aras de proteger el empleo en el país.
CAMILO RODRÍGUEZ
Cámara Colombiana de la Confección y Afines
Presidente